jueves, 15 de marzo de 2012

Rem Koolhaas y la dinámica del caos.

REM KOOLHAAS  
Aproximarse al arquitecto más influyente de los últimos tiempos, de origen holandés y de formación global, puede seducirnos a profundizar sólo en Delirious New York, obra que contiene no su pensamiento frente a la arquitectura estricta y concretamente, sino la forma en la que se  concibe un mundo discontinuo, de fenómenos yuxtapuestos y en mutación permanente.
Sin embargo, para conseguir una visión general del autor y su obra, es necesario asentar algunas otras consideraciones.

Los inicios y el vértigo de su  entorno.
Rem Koolhaas nace en Rotterdam, Holanda en 1944 y se traslada a Indonesia donde vive de 1952 a 1956. Más tarde regresa a su país natal y se establece en Amsterdam, donde trabaja como guionista de cine, y además ejerce el periodismo en el Haagse Post, periódico de línea liberal-conservadora. Profesiones que le consignan y desarrollan un especial talento para leer apasionadamente fenómenos, eventos y acontecimientos sucesivos.
Poco después viaja  a Londres para estudiar arquitectura en la Architectural Association. De este periodo podemos mencionar dos proyectos teóricos: The Berlin Wall as architecture (1970) y Exodus, or the voluntary prisoners of architecture (1972).
Es en este 1972 que obtiene una beca para viajar a los Estados Unidos, donde fascinado por New York, comienza a analizar el impacto de la cultura metropolitana sobre la arquitectura para escribir luego su emblemática e influyente obra. 

Delirious New York: a Retroactive Manifesto for Manhattan. (1978)
Se trata de un manifiesto retroactivo para Manhattan, que "es una montaña de pruebas sin manifiesto"; es la piedra roseta del Siglo XX, compuesta por estratos sucesivos de arquitectura fantasma.
El manhattanismo, teoría no formulada, permite al hombre vivir dentro de la invención del hombre, de la fantasía que se concretó por no ser declarada.
Ocupada por mutaciones arquitectónicas, fragmentos utópicos y fenómenos irracionales, la arquitectura de Manhattan es un paradigma para la explotación de la congestión; delirio, por su parte, es un plan para la cultura de la congestión, esa que no muestra aversión por sí misma. El espacio físico no se desborda, la invención es su válvula de escape.
Manhattan es un teatro del progreso, cuyos protagonistas son los principios exterminadores, actuando desde los albores de su historia, bajo el argumento de que la barbarie debe dar paso al refinamiento. 
Como plan, el libro describe un Manhattan teórico, en estado ideal, como conjetura. Su estructura es un simulacro de la retícula de Manhattan; son cinco bloques que describen las permutaciones del manhattanismo como una doctrina tácita más que explícita, misma que Koolhaas se encarga de documentar desde la llegada de los primeros europeos a la isla, hasta nuestros días; pasando por el momento determinante que establece un plan general para la ciudad con 12 avenidas y 155 calles. Es la etapa embrionaria de un ser que ya contenía toda la información básica en una suerte de ADN cultural.
Al momento de escribirlo, Koolhaas se declara marginal y afortunado para asentar pausas, intenciones y acontecimientos. Manhattan es acaso, desde sus prefiguraciones más primitivas y gracias al azar, un ejercicio de ciencia ficción urbana. El teatro de la inteligencia.
Es la isla el escenario para el surgimiento de un invento que lo revolucionaría todo: el ascensor; Koolhaas sentenciaría el vuelco de la arquitectura actual respecto al ingenio de Elisha Otis: "Hoy día, todo esto ha cambiado de manera fundamental, gracias al ascensor."

OMA o la dinámica del caos.
 
En este periodo decide pasar de la teoría a la práctica y regresa a Europa para fundar en 1975, junto con Elia y Zoe Zenghelis y Madelon Vriesendorp, la Office for Metropolitan Architecture (OMA), cuyos objetivos eran el estudio de la sociedad actual, el ejercicio de la arquitectura, y la definición de nuevos tipos de relaciones, tanto teóricas como prácticas, entre la arquitectura y la situación cultural contemporánea.
Durante los años que siguieron a Delirious, OMA continúa en su lineamiento activo con procesos de transformación cultural. Una arquitectura diseñada como ingrediente dinámico de la perpetua fluctuación social y de la reorganización. Desarrolla una práctica mutante que opera más en base a lo eventual que a lo esencial. ¿Estructuralismo radical nómada? Alternativa para el postestructuralismo.
 OMA muta al final de los ochenta; después del fin de la guerra fría y en medio de la "invención de Europa", que resulta un fracaso por descubrirse inestable. La firma contacta con un despacho de Asia para poder hacer estructuras de mayor envergadura y controlar los enormes retos de logística. Esta complejidad de OMA le permitiría a Koolhaas sostenerse en sus especulaciones para no abandonarlas por enfrentar trabajos de volumen colosal. De esta manera, la oficina continúa con la definición y redefinición de procesos como generación de teoría para la concreción de arquitectura; estamos ante un juego de interés semántico, donde las transmutaciones son parte del devenir histórico.
Koolhaas mira hacia el rápido crecimiento de las mega ciudades. Según su propio dicho, S, M, L, XL, obra que hace en colaboración con el diseñador gráfico Bruce Mau, es un intento desmitificador de la arquitectura; un ejercicio en el que se incluye él para lograrlo. Libro de experiencias, casi autobiográfico.
Tal vez la premura, lo ha llamado el "Le Corbusier" de nuestros días, sin embargo y sobre sus afines (Eisenman, Hadid, Libeskind, Tschumi), sólo Koolhaas ha sido el más firme en apoyar su técnica y su trayectoria en una clara reflexión sobre la arquitectura.
Para Koolhaas, la arquitectura es capaz de engendrar sólo libertades provisionales, Koolhaas busca la emancipación a través de la arquitectura; colecciona éxitos y fracasos en la desviación de los elementos constituyentes de cada situación.

Cinematografía y arquitectura.
Koolhaas reflexiona acerca de los paralelismos entre el guión y la arquitectura: en ambas hay que urdir una trama, hay que desarrollar capítulos, realizar un montaje que lo haga interesante y crear una secuencia que logre que el caminar por un edificio sea una experiencia interesante y cree suspenso. La cinematografía como antecedente en la consideración de la actividad, desvinculada a la crítica convencional del edificio vacío.

Periodismo y arquitectura.
 
"Un periodista entiende las cosas, el arquitecto las cambia."
El arquitecto holandés acepta que como periodista está muy interesado en los distintos fenómenos que ocurren en el mundo, algunos muy estructurados y otros caóticos; pero aclara que no necesariamente lo debe reflejar su obra. Intenta entender cada contexto en el desarrollo de su trabajo para que éste encaje bien  en dicho entorno.
Su obra como aportación a los cambios constantes, se transforma a su vez, en esas cosas que pudiera entender como periodista, luego de haberlas transformado como arquitecto.


Koolhaas actual; una conclusión.
El Koolhaas de hoy se encuentra a sí mismo cada vez más complejo, apasionado por entornos y fenómenos culturales que siguen siendo los generadores de sus espacios. El trabajo es desarrollado por dos oficinas, OMA y AMO, entes con los que trata de responder a sus demandas actuales, inmersas en un tejido cuya heterogeneidad no sólo es reto, sino inagotable fuente de transformaciones que exigen la atención diaria y renovada de la firma.
Si bien, el arquitecto holandés ha influido en el pensamiento actual a través de sus publicaciones, su libro Content, por ejemplo, rayano en la broma o el cinismo intelectual, no termina de comprenderse del todo. Aun así, Koolhaas perfila con su visión al arquitecto que habrá de hacer frente a las encomiendas futuras, proponiendo eliminar distorsiones académicas dictadas bajo la sombra del prejuicio, refrescando el sentido elemental de un oficio que exige salir a la calle, vivir la diversidad de sus historias que cambian en espacios que no van más allá de la esquina próxima por doblar.
Probablemente habrá que aceptar, de una vez por todas, que el zapping en la televisión se ha convertido en el patrón de comportamiento doméstico más importante de la actualidad y que sus manifestaciones empiezan ya a tomar la escala urbana.
Finalmente, Rem Koolhaas abandona los atavíos del arquitecto afectado para sugerir un especialista en arquitectura más político, más antropológico, más económico y según su propuesta, más arquitecto.

Jerónimo Iván Saucedo García

BIBLIOGRAFÍA
̶  El Croquis, No. 79, OMA/REM KOOLHAAS 1992-1996, El Croquis Editorial, Madrid, España. 1996.
̶  Koolhaas, Rem, Delirio de Nueva York, Editorial Gustavo Gili SA, Barcelona, España. 2004.
̶  Catalina Serra, entrevista a Rem Koolhaas, El País, Barcelona, España. 12 de abril de 2005.
̶  Koolhaas, Rem, Grandeza o el problema de la talla, Editorial Gustavo Gili SA, Barcelona, España. 2011.

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